miércoles, 26 de marzo de 2008

sin título, sin palabras, sin nada

6 comentarios:

Esteban Hernández dijo...

Felicidades Santiago. No tanto por esta (que también) como por otras que tienes es el blog. No es que esta no me guste, es que tienes otras con las que tocas el cielo. Además, poniendotelo en esta última entrada, me aseguro de que lees mis aprecios.

Bravo.

Santiago Sequeiros dijo...

Gracias, Esteban. A veces parece que sí, que casi puedes tocarlo, no el cielo, sino el misterio. Nunca he llegado, pero creo que se puede tocar la idea de dios sin creer en él. Trascender la vida sin fe ni política, huir de la muerte sin engañarse ni engañarla. Todavía no lo he logrado, ya te digo. Tampoco sé cómo se hace, sólo sé por donde empieza. Empieza por la palabra No, que se reniega, se retuerce, se reinventa y puede que diga sí. Yo todavía estoy retorciéndome.
!Menuda brasa he soltado!

Santiago Sequeiros dijo...

Gracias, Esteban. A veces parece que sí, que casi puedes tocarlo, no el cielo, sino el misterio. Nunca he llegado, pero creo que se puede tocar la idea de dios sin creer en él. Trascender la vida sin fe ni política, huir de la muerte sin engañarse ni engañarla. Todavía no lo he logrado, ya te digo. Tampoco sé cómo se hace, sólo sé por donde empieza. Empieza por la palabra No, que se reniega, se retuerce, se reinventa y puede que diga sí. Yo todavía estoy retorciéndome.
!Menuda brasa he soltado!

irra dijo...

El misterio de saber que nunca pasa nada. El aburrimiento es el motor que nos empuja a tocar el fuego.

david rubín dijo...

...ni falta que hace!!

bravo!

d.

Esteban Hernández dijo...

No se me ocurre qué responder.


En realidad sí que lo sé, pero solo me serviría a mí.


Gracias a usted.